Materiales arqueológicos de las Llanas (Burgos)
Un barrio oculto en el centro de la ciudad
El desarrollo del proyecto municipal “Remodelación y Urbanización de las Llanas” ha permitido excavar un espacio central de la ciudad de Burgos, escenario de una intensa vida urbana desde la plena Edad Media hasta el siglo XIX. Antes del derribo de edificios para convertirlo en plaza, se trataba de un ámbito densamente construido y ocupado, destinado a viviendas, lugar de comercio muy vinculado a la catedral, a cuyas espaldas se encuentra.
Los condicionantes geográficos resultan claves para entender este entorno: una disposición en la transición de la ladera del cerro y la vega atravesada por varios cursos de agua. A ello se suma una formación geológica aprovechada como cantera para las propias construcciones.
En su origen fue un territorio de propiedad real con palacios, huertos, molinos, e incluso baños. Aledaño al Camino de Santiago, sobre él se construyó la primera catedral románica, germen a su vez de varios núcleos poblacionales. Allí se estableció un espacio de comercio y abastecimiento ya citado en 1120 como “mercado de la Plana” dedicado principalmente a la venta de cereales.
Ahora bien, el engrandecimiento de la obra catedralicia a partir de 1221 motivó la absorción del parcelario y la demolición de aquellas construcciones que entorpecían su planta. Las excavaciones arqueológicas han dejado al descubierto que precisamente junto al templo es donde se hallan las edificaciones más antiguas mientras que en el resto del espacio sólo se detectan algunos silos/basureros, alto/plenomedievales. Poco tiempo más tarde ya constatamos nuevas viviendas, en algún caso dotada de pozo.
El principal dueño de los suelos era el cabildo catedralicio; aunque pronto se sumaron otros propietarios como el Monasterio de las Huelgas, al que pertenecían gran parte de los inmuebles de la Llana de Adentro.
A principios del siglo XV la traza urbana está consolidada y organizada en diferentes calles que sin embargo, no dejará de transformarse. En 1482 se procede a la demolición de las casas situadas junto a la cabecera de la iglesia mayor para dejar espacio a la nueva Capilla del Condestable, finalizada en 1496 por Simón de Colonia. También se retira parte del cementerio catedralicio fomentado por el Papa Pascual II a partir de 1115. En 1517 se termina la construcción de la sacristía de la capilla bajo las directrices de Francisco de Colonia, con una rica decoración exterior que permite intuir cómo era la disposición de las viviendas; una alineación de edificaciones abiertas a la estrecha calle Llana de Adentro, aspecto que se mantuvo hasta finales del siglo XIX cuando se derribaron los solares marcados con los nos 17, 19, 21 y 23 para dar mayor visibilidad a la catedral. Precisamente en el nº 21 se erigió el Consulado del Mar en el siglo XVI en un momento en que los alrededores del templo metropolitano eran los más demandados por la burguesía local. Los restos arqueológicos localizados en este espacio coinciden en ese protagonismo y también dejan muestra de los cambios realizados en el siglo XIX.
Las construcciones ahora proyectadas en la catedral también influyeron en el diseño de nuevas viviendas en la plataforma superior de la Llana de Afuera, comprendida entre la calle Santo Sepulcro –que conectaba este espacio con la iglesia de San Llorente- y la calle Pellejería, en cierto modo paralela a la calle Fernán González y cuya traza ha quedado bien definida en el área analizada. Entre 1516 y 1530, Francisco de Colonia continuó las obras con la talla de la puerta de la Pellejería sobre un pontón anterior que se abría en el brazo norte del crucero. Este ámbito también fue conocido como Corralejo, debido a la angostura provocada por la isleta de casas junto a la puerta, que fue demolida en 1621.
En esta zona se ha constatado la elevación de un murete con el que se generó un estrecho corredor paralelo a la capilla del Condestable que cercenó algunas de las construcciones existentes. Con toda probabilidad en el siglo XVII va desapareciendo la mayoría de las edificaciones próximas a la iglesia, configurando el entramado parcelario que se mantuvo hasta comienzos del siglo XX, formado por los edificios marcados con los números 36, 38, 40 y 42 y el solar nº 34. El número de edificaciones es prácticamente coincidente con los datos aportados en el Catastro de Ensenada.
Los trabajos arqueológicos han revelado una renovación de las construcciones, superposición y recomposición de las fábricas durante un período comprendido entre los siglos XVI y XIX. Viviendas que llegaron a alcanzar hasta cuatro pisos de altura, en algún caso con planta subterránea, o con patio común y pozo compartido. En diversos casos se han conservado los cimientos de pilares, del mismo modo que tuberías y canalizaciones, de barro y piedra, resto de una infraestructura hidráulica conectada con las esguevas.
Promotor: Ayuntamiento de Burgos
Dirección arqueológica: Fabiola Monzón Moya y M.ª Gloria Martínez González
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